Tengo más de la que yo quiero viejas gordas desnudas

Vistas: 9958
No conozco a esta perra, aburrido, donde poner a sí misma, hasta que el timbre viejas gordas desnudas de la puerta sonó. Un hombre llegó a vender todo tipo de residuos. Pero él estaba más interesado en su distribuidor. Como resultado, él le deja, a ofrecerse a sí misma completamente. El hombre no esperaba tanta suerte, así que por supuesto estuvo de acuerdo.